viernes, 10 de abril de 2009

La petanca en Laos

Ni el fútbol ni el baloncesto ni el boxeo, el deporte que levanta pasiones entre los jóvenes y mayores de Laos es la petanca, un juego de raíces mediterráneas importado por los franceses durante la época colonial.
No hay aldea, por pequeña que sea, que no cuente con pequeñas pistas de arena donde los vecinos practican asiduamente petanca, también conocido como "bochas", durante las cálidas tardes de este país tropical bañado por el río Mekong.
"La petanca es uno de los deportes más populares en Laos. Las reglas son muy sencillas y los laosianos aprovechan para jugar con sus amigos, en las reuniones familiares y días festivos", me contó un miembro de la asociación de petanca de Luang Prabang, la ciudad religiosa y cultural por excelencia en el norte del país.
¿Qué llevaron los franceses a Laos? Infraestructuras, pocas. Cientos de fumaderos de opio. Eso sí. Hay que concederles, no obstante, que dejaron bellos edificios coloniales, la baguete y la petanca.

Personas de todas las edades y de ambos sexos están aficionadas a este deporte, el único en el que Laos conseguido destacar internacionalmente.
El jugador de petanca Soulasith Khamvongsa se convirtió en el mayor icono del deporte en Laos tras ganar la medalla de oro en los Juegos del Sudeste Asiático en 2001, la primera conseguida por un deportista laosiano. Cuatro año más tarde, ganó el Campeonato de Petanca de Asia.
Khamvongsa declaró que "la petanca ha sido popular en Laos desde hace mucho tiempo, cuando la trajeron los franceses, pero se disparó cuando ganamos la medalla de oro en los juegos. Desde entonces, he jugado muchos partidos de exhibición en todo el país".
Las autoridades laosianas confían en obtener más medallas en la 25 edición de los Juegos del Sudeste Asiático, que se celebrará el próximo diciembre en Vientiane.
Algunos países han criticado a Laos porque han decidido excluir deportes en los que prácticamente no tienen presencia, como el baloncesto, y han dejado a otros en los que, aunque pocas, cuentan con más oportunidades, como la petanca.
Además de los parques y colegios, las oficinas públicas y las empresas también suelen estar dotadas con pistas de bochas.
En la oficina de correos de Luang Prabang, un grupo de varios funcionarios se han reunido para jugar su partida vespertina, durante la que apuestan pequeñas cantidades de dinero y comparten varias botellas de cerveza nacional "Lao".
"La mayoría de los laosianos no hablamos francés, pero seguimos aficionados a la petanca", afirma uno de ellos.
El que hace de árbitro tira el boliche, pequeño y de plástico. A continuación, los dos equipos, formados cada uno por tres personas, comienzan a lanzar las bolas de metal.
El juego consiste en tratar de acercar el máximo posible las bolas de metal al boliche.
Los mejores tiros se producen cuando, al tiempo que acercan sus esferas metálicas, apartan a las de sus adversarios.
"Durante los juegos, nos relajarnos de los problemas diarios y bromeamos entre nosotros", señala otro de los jugadores.
La petanca nació a principios de siglo en la Provenza francesa, si bien sus orígenes se remontan hasta la civilización grecolatina, y su nombre proviene de la expresión "pès tancats", que significa "pies juntos" en el idioma galo.
Cientos de miles de personas son aficionadas a este juego en Francia, también extendido en España, Argentina, Uruguay y en las antiguas colonias francesas, como Laos o Vietnam.





2 comentarios:

Anónimo dijo...

Viva este juego!!!
Gaspar un saludo desde España.

Gaspar Canela dijo...

Eso digo yo. ¡Viva la petanca. Un abrazo desde Siam.