sábado, 30 de agosto de 2008

Comida gratis y música en las protestas de Bangkok

Las protestas de Bangkok, a pesar de alguna carga policial que otra, transcurre con ambiente festivo, comida gratuita y conciertos de música. El martes 26 de agosto, las manifestaciones dieron un giro al tomar el palacio gubernamental como medida de presión para provocar la caída del Gobierno.
Las personas atrincheradas en el recinto gubernamental reponen fuerzas con un variado menú que incluye pollo al curry, pescado, sopa, verduras y arroz, que ofrecen también a los turistas y curiosos que se acercaban a echar un vistazo.

Manifestantes en explanada frente a la sede del Gobierno tailandés
El jefe del Gobierno, Samak Sundaravej, amenazó con el empleo de la fuerza para acabar con la invasión del palacio, pero unas horas más tarde anunció que prefería utilizar la estrategia de desgaste contra la revuelta político-festiva.
"La ocupación de la sede del Gobierno es una revolución democrática", insiste Prapansak Kamicpetch, un profesor universitario jubilado.
Prapansak, de 71 años, se ha plantado con su silla de ruedas en la puerta principal del palacio gubernamental y asegura que no se moverá de ahí hasta que Samak dimita.


Familia descansa tras varios días de protesta
Las protestas callejeras comenzaron el pasado mayo, cuando los seguidores de la Alianza del Pueblo para la Democracia montaron un campamento y un escenario frente al edificio de Naciones Unidas.
Acusan al Gobierno de corrupto, desleal a la Corona y de ser un títere al servicio del ex mandatario Thaksin Shinawatra, depuesto en septiembre de 2006 mediante un golpe de estado.
Respaldada por la elite conservadora y sectores del Ejército, la alianza, que explota la propaganda monárquica y nacionalista para ganarse la simpatía del público, pretende que el rey designe un gobierno de transición.
Los manifestantes, la mayoría de ellos vestidos con camisetas y pañuelos amarillos, el color de la monarquía, se protegen del sol abrasador bajo toldos, bajo los que dormitan, comen, charlan o escuchan los discursos de sus líderes.
Sin encontrar resistencia, los manifestantes han extendido sus dominios hasta algunas dependencias oficiales, más allá de la explanada en la que en circunstancias normales, la guardia de honor y el jefe del Gobierno reciben a los ilustres invitados.
Los organizadores reparten continuamente comida, agua y también ropa interior femenina para que las manifestantes puedan cambiarse sin necesidad de tener que ir al hogar para hacerlo.
Un grupo de monjes budistas se ha sumado a la manifestación y escucha los discursos sentado entre incienso ardiente, a la que vez que contribuye a la fiesta con la preparación de platos vegetarianos para los hambrientos manifestantes.

Policía se retira de las zonas de la protesta
Los vendedores ambulantes han aprovechado la coyuntura para instalar puestos de gorras, pañuelos y camisetas de color amarillo en las calles adyacentes al palacio, por las que familias enteras pasean alegres como lo harían por una verbena.
Por la noche, los discursos dan paso a la música y sobre la explanada situada frente al palacio, la gente baila y salta al son de las canciones que interpreta un grupo de rock tailandés subido en un enorme escenario instalado frente al edificio del Gobierno.
Los tailandeses acompañan las notas de las guitarras y la batería agitando una especie de manoplas como si se tratase de enorme castañuelas andaluzas.
Todo parece tranquilo, pero algunos de los manifestantes, pertrechados con cascos, palos de golf y bates de béisbol recuerdan que la fiesta podría convertirse en un baño de sangre. Por ahora, los más de 3.000 policías desplegados no se han excedido en el uso de la fuerza contra los asaltantes del palacio, que llegan a superar los 20.000 en algunos momentos.

El hombre ha muerto en la noche de Bangkok



El hombre muere en la noche de Bangkok. Los vasos de llenan de cicuta y brindamos para olvidar el presente. La fiesta nos arrastra hasta lagunas de olvido. Las risas suenan metálicas, los ojos se descorchan y la fiera despierta. Luces de neón. El hombre ha muerto. Hetairas en las esquinas de la barra. ¡Más cicuta!

jueves, 21 de agosto de 2008

La fatiga del turista

Los profesionales del turismo en Tailandia sufren la denominada "fatiga del turista". Desde los dependientes de hoteles, vendedores ambulantes hasta los conductores de taxis están saturados de turistas "peseteros, neocoloniales y psicóticos".

Así lo describe la guía de viajes Lonely Planet. Me pareció muy lógico que ocurra en un país que recibió el año pasado más de 14 millones de turistas, de todos los tipos y colores.

El citado libro de viajes, uno de los más documentados y actualizados del mercado, también repasa una serie de timos y estafas cometidos por tailandeses a costa de turistas desprevenidos. Sin embargo, no hay término que defina el cansancio y la impotencia del turista ante estos casos.
Yo, aficionado a este tipo de lides, experimenté el timo del tuc-tuc, que es un tipo de motocarro adaptado para transportar pasajeros en la ciudad.

Tras visitar el Gran Templo Real de Bangkok, calado por la incesante lluvia, se me ocurrió preguntar a un granuja la dirección de un templo budista.

-Al templo.... Vaya está cerrado. Pero yo conozco otro que sólo abre hoy. Es tu día de suerte. Puedo conseguirte un medio de transporte hasta allí por muy poco dinero. También te llevará a ver a una sastrería donde trabaja mi amigo y luego te deja en la estación.

Todo esto por unos 30 bat (cerca de 1,8 dólares o 1,3 euros).




El estupendo medio de transporte era uno de esos mototaxis o tuc-tuc. Primero llegamos a un templo-escuela, donde los monjes asistían a clase. Había dos habitaciones con sendas figuras de Buda, uno reclinado y otro en la posición de loto. Incluso pude conversar con uno de los guardas del recinto, quien me explicó que los recién llegados a la ciudad visitan este lugar para obtener suerte en sus empresas.
La próxima parada fue la sastrería. Nada más entrar, un empleado me llevó directo a una habitación donde me sentó delante de un libro de fotografías de modelos con traje.

-¿Qué tipo de traje quieres?
-No, en realidad ahora no necesito traje. Más tarde podría interesarme... ¿tiene tarjeta?

El empleado comenzó con una estrategia agresiva de márketing.

-Mira, por ser tu día de suerte, te hago un traje a medida Giorgio Armani (¿sabes quién es Giorgio Armani?). Un precio especial.
-No, ahora no tengo dinero.
-¿De verdad? Escucha. 8.000 bat (240 dólares o 170 euros). Pero la oferta termina mañana.
-¿Ah, sí? ¿Cuánto costaría ese traje en un día ordinario?.
-24.000 bat.

Tras unos cuantos intentos y estrategias de venta infructuosos, el tipo se levantó de forma vehemente y me dijo que le siguiera. Agarró de un cestillo varios jabones y los colocó debajo de mis narices.

-A ti lo único que te interesa es venderme cualquier cosa. ¿verdad?
-Sí

Al menos, el cabrito lo reconoció.

Con el zumbido de la mosca detrás de la oreja, me monté en el tuc-tuc. Paró enfrente de una joyería. Entré con paso tiento. Un señor de barriga prominente y cara de pesetero y dos jóvenes me escrutaron cuidadosamente.

-¿En qué tipo de piedras está interesado?
-Lo cierto es que no sé muy bien qué hago aquí- dije con razón, porque la parada en esta tienda no entraba dentro del trato.

Ante mi honesta respuesta, el dependiente se negó a dirigirme la palabra en el rato que estuve allí. Incluso cuando me interesé por unos collares que parecían de rubíes. Salí de la tienda con sus miradas clavadas en mi nuca como guadañas.

Le dije al conductor del tuc-tuc que se acabaron las visitas a tiendas, ahora quería ir directo al templo prometido o me buscaría un taxi. El otro comenzó con la cantinela del cupón. A cada tienda que llevan a turistas, potenciales víctimas de trajes de precios inflados y venta de piedras falsas, ellos se ganan un cupón de 50 bat para gasolina. Ésta es la letra pequeña del trato.

-Yo te ayudo y tú me ayudas- me espetó el conductor del mototaxi.

Mientras, yo me bajaba del motocarro en busca de un taxi. Ya había tenido bastante del timo del tuc-tuc. Más tarde, para mi sorpresa, leí este tipo de engaño al turista en la Lonely Planet. Un consejo: leed las guías antes de llegar al lugar, si es posible, o al menos los consejos sobre timos y estafas. La experiencia es interesante, pero mejor ir prevenido.


Bangkok

Llevo una semana y media en Bangkok. En realidad, casi no he salido de la calle Sukhumvit, unos de los centros más bulliciosos de la capital tailandesa. Repleta de puestos ambulantes de películas y ropa piratas, comida tailandesa, árabe y chulos. Esos chulos de "princesas de salario y esquina", como diría el cantautor Joaquín Sabina.

Aunque en esta parte del país se practica la caza al turista o al extranjero (no distinguen si vienes a trabajar o a qué otros menesteres te traen por aquí), la mayoría de los tailandeses te reciben con una hospitalidad exquisita. Sus modales y sonrisas son cautivadores, incluso en el ambiente de Sukhumvit, donde el turismo sexual se palpa en el aire.

Mi piso se encuentra en una bocacalle, a las que llaman Soi, de esta arteria de la ciudad. Incluso desde un piso 17 puedo sentir la contaminación atmosférica y acústica de las obras y el tráfico. Todo se me olvida con el fragante olor de las sopas tailandesas, con su variedad de ingredientes y especias. Un poco picante, mejor.

La prostitución... No es como uno la imagina en España, por ejemplo. Es, como diría, más apta para todos los públicos. Quizá porque se trata de una profesión casi institucionalizada en el país. Me pregunto si la abolición de la poligamia a principios de siglo tiene algo que ver...
Lo cierto es que en el Barrio Rojo de Bangkok, la clientela es japonesa, coreana, estadounidense, australiana y europea en su mayoría.

El otro día viví anécdota graciosa con una transexual. Andaba yo por la calle, cerca del albergue donde me alojaba. Era de noche y la vía estaba oscura. Se veían pocos transeúntes. Se me acerca una chica gordita y me dice:

-Psss. ¿Cómo estas?- y me agarra del brazo.

-No gracias

-¿Por qué?

-Soy gay y estoy comprometido- le dije para que me dejara tranquilo.

Fue la clave. Entonces ella, loca de contenta, comenzó a decir a voces, presa de la emoción, con marcado acento tailandés (como un chino más musical):

-¡I have cock, I have cock!. I can fuck you- empezó a gritar repetidamente como un loro, mientras me perseguía loca de contenta.

Una traducción libre y descafeinada sería: "¡Tengo pene, tengo pene. Te puedo sodomizar!"

Por suerte, se cansó pronto de seguirme y se marchó. Juro que era imposible saber que era un transexual. Parecía una chica gordita como otra cualquiera.

El quinto día me lo tomé de descanso y fui a visitar el Gran Palacio Real y el Templo del Buda Esmeralda. Ahí van algunas foticos:



Vista del Gran Palacio Real en la capital de Tailandia


El gran demonio custodia una de las salidas del palacio




Detalle ornamental y guardián del altar en segundo plano



martes, 12 de agosto de 2008

Español expulsado de Filipinas por escándalo publico en aeropuerto

(inspirado en hechos reales)

Manila, 7 ago (MKGO).- Un joven de nacionalidad española fue expulsado hoy de Filipinas tras protagonizar un escándalo en el Aeropuerto Internacional de Manila, donde tuvo que ser reducido a la fuerza tras increpar a los agentes del control de aduanas.
Gaspar Ruiz-Canela, de 28 años, ha sido declarado "persona non grata" por las autoridades filipinas y no podrá volver al país asiático por haber cometido varios delitos de desorden público, desacato a las autoridades e injurias a la República, informaron fuentes policiales.
El jefe de la Policía del aeropuerto, Richy Enguardia, afirmó en una rueda de prensa que el ciudadano español insultó "sin motivo aparente" a los agentes de aduanas, llamándolos "ladrones, corruptos y caraduras".
Según Enguardia, Ruiz-Canela comenzó a vociferar contra los policías, lo que alarmó al resto de los pasajeros y provocó un revuelo durante unos pocos minutos en torno al control de equipajes.
"Los agentes estaban realizando un registro rutinario de las pertenencias del súbdito español, que iba a tomar un avión para Bangkok, cuando éste perdió el control debido a los nervios", señaló el jefe de Policía.
Varios testigos aseguraron que Ruiz-Canela, a gritos, culpó a la corrupción del atraso social de Filipinas e incluso trató de hacer partícipes de su protesta a otros pasajeros que se encontraba en el lugar, lo que pudieron impedir los agentes.
Esposado, el ciudadano español fue arrastrado hasta un avión con la advertencia de no volver a pisar nunca tierras filipinas.
"Que os den por el culo", espetó como despedida Ruiz-Canela, quien tenía el ojo hinchado a causa de una caída accidental en el lavabo, según los policías.

Vuelo Manila-Bangkok, 7 de agosto de 2008

País de mierda. No me extraña que nadie encuentre la causa y mucho menos la solución a lado pobreza de Filipinas, pues es que están podridos de corrupción. Eso es lo que ocurre en esta mierda de país. Me he puesto a escribir esto en el avión porque no quiero que se me olvide..., y juro que éstos se van a enterar de una forma u otra.
Primero me llegó la soplillos ésa con cara de patata y me dice que mi visado había expirado. Mentira cochina. Yo no hice más que señalarle el sello que decía "10 de agosto". Pero la guarra, erre que erre, que mi visa caducó hace dos días. Le tuve que pagar 2.500 pesos. Vale, que los pague la empresa.
Luego me viene el cara bonobo del detector de metales y me hace enseñarle la cartera. Se les iluminaron los ojos al desgraciado cuando vio un fajo de billetes. Joder, llevaba ahí la mitad de la fianza del piso y la otra mitad estaba en la mochila.

-¿Cuánto dinero llevas ahí? (en la cartera)
- Unos 20.000 pesos (454 dólares o 294 euros)
- Eh- llamó a los que controlaban mi maleta y la mochila y los llama.
- ¿Puedo registrar tus bolsas?
- No, primero voy a llamar a mi jefe para informarle, ¿vale?

Les dije que era periodista, pero les podía más la avaricia. El muy gilipollas quería hacerme creer que no se podía sacar del país mas de 10.000 pesos. Me registraron todas mis cosas como si fuera un criminal. Todo estaba calculado para sacar algún dinero extra.
Cuando vio que en la mochila tenía otro sobre con dinero en efectivo, el cabrito con cara de bonobo llamó a sus compañeros. Varios policías, putillas y prostituidos de la ley, me rodearon ávidos de papeles del banco. Yo agarré todo mi efectivo y no lo solté en todo momento. Ellos se agitaban como buitres en derredor mío.

-¿No sabes que no se puedes sacar del país más de 10.000 pesos?
- No, ¿dónde está escrito eso?
- Pues hay carteles en el aeropuerto, pero no los habrás visto por las prisas.
- Mira, soy periodista y este dinero es la fianza de mi piso. Lo he ganado legalmente y me pertenece. ¿Qué problema hay?

Entonces llegó el poli bueno, un guapito que seguramente se pasó la mitad del día mirándose al espejo y la otra mitad, al ombligo. Hablaba poco, el engreído oficial, pero con más autoridad que el resto. Mientras que los otros o intentaban regañarme o incluso se burlaban de mi nacionalidad.

- ¿Español? Mira lo que habéis hecho de mi nariz. ¡Qué grande es!

"Pero sigues teniendo cara de bonobo, zafio"

- El oficial, que es el responsable, te va a dejar ir por esta vez. Vamos a copiar tus datos y, cuando vuelvas a Filipinas, te examinaremos minuciosamente para comprobar que todo está en regla.
- No hay problema. Avisaré a todos mis amigos periodistas para hacerles saber lo bien que me han tratado.
- ¿Cómo le vas a agradecer a mi jefe lo bueno que ha sido contigo?- parecía que todos se arremolinaban más cerca de mí. Los ojos del guapito centelleaban, sostuvo la respiración un segundo y mantuvo esa estúpida y cínica sonrisa de teniente de tres al cuarto. - Gracias
- ¿Qué?
- Que gracias.

Mientras me marchaba, todavía uno insistía en llamarme y se reía. Claramente, me estaba provocando. "Contrólate, contrólate, es sólo un desgraciado vacilón".

(Si desea que Gaspar se gire y se enfrente al policía de aduanas vaya a la página 13, si prefiere que siga su camino sin volverse pase a la 18).


NOTA IMPORTANTE: Este articulo contiene elementos reales y de ficción.

lunes, 11 de agosto de 2008

Lista de la compra: Manila

La inflación arrecia en Filipinas. El kilo de arroz ha subido en los últimos meses desde 20 hasta 35-40 pesos. Y a mí que me importa, si yo no lo compraba...

Supermercado Lanmark:
- Jamón con pimienta (200g) - 115 pesos
- Salsa pesto - 108 pesos
- Una lechuga - 26,15 pesos
- Pimiento amarillo - 31,50 pesos
- Pepinos - 18,50 pesos
- Caja de leche 1L - 60,50 pesos
- Tomates - 39,55 pesos
- Zanahorias - 15,25 pesos
- Bote garbanzos - 15,35 pesos
- Cereales desayuno - 119 pesos
- Margarina - 168 pesos
- Salchichas de pollo - 50,65 pesos
- Lasagna 200g - 75 pesos
- Pizza 280g - 395 pesos
- Pan de molde integral - 61 pesos
- Peras - 115,70 pesos
- Plátanos - 36,80 pesos
- Fideos con pollo - 46,65 pesos
- Botella de vino tinto - 500 pesos

Tiendas Lanmark:

- Camiseta sin marca - 258, 75 pesos
- Pantalón vaquero - 600 pesos

Ministop:

- Bolsa de patatas fritas - 28 pesos
- Botella cerveza Red Horse - 57 pesos
1.000 ml
- Paquete de tabaco Marlboro - 33 pesos

Embassy Club
The Fort Entertainment Center:

- 2 Stoli Vodka Shot + Sprite - 403,94 pesos

Lavandería Wash Club Inc:

1 vaquero
10 calzoncillos
9 camisetas
Juego de sábanas de cama
Total - 401 pesos

Alquiler del piso (37 metros cuadrados). Calle Leviste, Makati City. Manila -16.000 pesos mensuales

Multa por exceder dos días visa en Aeropuerto - 2.500 pesos


1 dolar= 44 pesos 1 euro= 67 pesos

Viaje al cráter de un volcán

"El trabajo del vulcanólogo no es más peligroso que cualquier otro empleo", me dijo Nemesio Pérez, un día en el que lo acompañé a él y a su equipo en un viaje de exploración al volcán Taal, que se encuentra a unos 50 kilómetros de Manila, la capital filipina.

El cráter del Taal es un verdadero hervidero donde un lago interior, de 70 metros de fondo, alcanza temperaturas de 40 grados centígrados. La tierra exhala fumarolas de vapor y gases de hasta 100 grados que convierten la tierra en su derredor en barro hirviente. Yo mismo experimenté su extremo calor al meter por error el pie en uno de estos charcos de tierra candente.

Wikipedia

Polvoriento, tórrido y candente, el Taal es un volcán de gran belleza. Su cráter cobija un paisaje siniestro y casi onírico.

Aunque está activo, el Taal es uno de los principales atractivos turísticos de la zona. Los visitantes deben cruzar en barca el lago que rodea al volcán y, una vez en la ladera de la montaña, subir al cráter a pie o a caballo. Los guías atosigan al turista, coreano o no, para que suba a caballo. Los pícaros llegan a mentir sobre la distancia de la cima. El trayecto, de unos 20 minutos, a lomos del equino cuesta más de 1.000 pesos (22 dólares o 14 euros).  

Algunos de los guías no superan los 12 años. Suben descalzos la polvorienta ladera, mientras guían al caballo con el turista a lomos. Un refresco de cola les espera al final del trayecto, en la cima, como recompensa.

Está prohibido bajar al cráter, si bien no hay mucha seguridad en el perímetro aparte de una puerta atada con una cuerda para bloquear el sendero. Nemesio y su equipo del Cabildo de Tenerife tenían permiso especial por tratarse de un estudio científico.




Nemesio Pérez y su equipo rodeados por niños que viven en la falda del volcán

El Taal entró en erupción por última vez en 1977, sin mucha virulencia. En 1911 tuvo su mayor explosión y, con la fuerza de una bomba atómica, expulsó grandes cantidades de lava y humo tóxico. Miles de personas han muerto en el pasado siglo a causa de este volcán.



Dos vulcanólogos caminan por el interior del cráter

Muchos no temen a este volcán, o lo temen menos que a la pobreza, y se han instalado en su falda para ganarse la vida como guías. Un motor de gaóleo les suministra de electricidad durante las horas oscuras de la tarde. Las barcas van y vienen continuamente con alimentos y otras provisiones. Incluso hay un colegio en la isla-volcán para los niños que viven allí.

Vulcanólogos filipinos me contaron que el peligro consiste en la expulsión de nubes tóxicas. Muchos habitantes del volcán no tendrían tiempo suficiente para cruzar en barca el lago. En la orilla opuesta también hay poblaciones instaladas en lugares potencialmente peligrosos.


Una residente del volcán guarda refrescos en hielo



Guía, éste con sandalias, con su caballo posa en el camino que lleva a la cima

Bangsamoros y filipinos II

Andan otra vez a tiros el Ejército filipino y la guerrilla musulmana en Mindanao, al sur del archipiélago. El proceso de paz se encuentra en cuidados intensivos, a punto de sufrir un ataque de olvido y traición. Filipinas, un estado casi fallido, donde pocos confían en la policía y nadie en los políticos. Cuando se resuelva el conflicto, si se resuelve algún día, poco cambiará para el ciudadano común. Él pagará sus impuestos y el alcalde o gobernador de turno robará y comprará votos, de forma directa o indirecta. Alea jacta est!

El arte de regatear en Filipinas

(La inflación galopa a sus anchas en Filipinas, por lo que los precios indicados abajo pueden variar en un tiempo relativamente corto)

No voy a hablar de fútbol, deporte que apenas cuenta con seguidores en el archipiélago filipino. Allí prefieren el baloncesto importado de los EE.UU.. Yo quiero comentarles otro tipo de regate económico, el regateo o el "bargain", que dirían los angloparlantes.

Si vas a visitar Filipinas, prepárate para ver playas paradisíacas, lugares extraordinarios para practicar buceo y, generalmente, gente amable y sonriente. Y teme, al menos, una cosa: los taxistas.



Los taxistas de color amarillo y verde son los más fiables

Es más fácil encontrar a un político que diga lo que piensa que a un taxista que ponga el taxímetro sin rechistar. Nada más aterrizar en el aeropuerto de Manila, uno se encuentra con un calor tropical, húmedo y espeso, y a los taxis "oficiales", que cobran cuatro veces la tarifa normal a cambio de tener sillones de cuero. Su tarifa sería unos 400 pesos (9 dólares o 6 euros), en lugar de los 130 pesos (2,7 dólares o 1,7 euros) que cuesta ir del aeródromo al centro de Manila en un taxi común.

Por regla general, el conductor de un taxi filipino (la mayoría en estado cochambroso) pondrá en efecto la estrategia del despiste y no enchufará el taxímetro. Unos pocos lo pondrán si se lo pides, mientras que la mayoría intentarán regate económico. Comenzarán pidiendo el doble, triple o cinco veces de la tarifa justa, según la cara de "pringao" que te vean. En esta tesitura, si no conoces más o menos el precio del trayecto, lo mejor es bajes del coche y busques otro taxi.

Tomar un taxi en Manila requiere para a varios hasta que uno acepte una tarifa razonable. En caso de llevar prisa, siempre puedes negociar pagar entre 20 y 50 pesos más por la carrera.

La cuestión no siempre se limita al tema del pecuniario, no. En ocasiones, rehúsan llevarte a alguna parte de la ciudad porque hay mucho tráfico, esta lloviendo o no tienen ganas.

Por cierto, confía en los amarillos. Los taxis amarillos y verdes suelen ser más honrados. La mayoría son de color blanco.

La pobreza es un factor importante para que los taxistas filipinos, al igual que otros sectores que viven del turismo, intenten sacar algunos pesos a los turistas y extranjeros. Aunque, como me dijo mi amiga Shay: "A pesar de que éstos conducen cómodamente con aire acondicionado, no como los conductores de los 'bicitaxis'".


Uno de los populares y contaminantes jeepneys

Manila tiene uno de los peores sistemas de transporte del mundo. En hora punta -y el resto del día casi igual- las calles se sobrecongestionan con coches, taxis, "jeepneys" (híbridos de jeep y autobús) y furgonetas. Otra solución son los triciclos o monotaxis de tres ruedas, aunque la cantidad de polución que vas a tragar te va a quitar varios meses de vida.

Ya sabéis, como decía aquel anuncio en España:
-¿Me lleva a Lugo?
-Son diez mil- responde, categórico, el taxista.

Precios de otros medios transporte en Manila (donde no tengrá que regatear):

Tren: 12 a 13 pesos, aunque suelen ir atestados de gente y no cubren muchas zonas de la ciudad.

Triciclo: 7 pesos. Cubren un distrito limitado de la ciudad. Manila es enorme (más de 10 millones de habitantes).

Jeepney: 8,5 pesos. Realizan recorridos fijos y realizan paradas allá donde el pasajero indique al conductor. El medio de transporte mas popular en el país, son muy pintorescos y de los vehículos más contaminantes.

Furgoneta: 60 pesos. Algunas están en buen estado.

Autobuses de línea: unos 12 pesos.


viernes, 1 de agosto de 2008

Coronación de un rey feudal con acento británico


L
legó en una flamante limusina negra entre los vítores de un grupo de súbditos del archipiélago de Tonga, un pequeño reino en el océano Pacífico. El rey George Topou V fue coronado hoy ante unos 1.400 dignatarios de todo el mundo, entre los que se encontraban el príncipe heredero de Japón, Naruhito, la princesa tailandesa Maha Chakri Sirindhorn y los duques británicos de Gloucester.

La ceremonia se ha desarrollado con gran boato y magnificencia. El nuevo rey se ha gastado 2,5 millones de dólares o 1,6 millones de euros procedentes de las arcas estatales, la mitad del presupuesto de Tonga. Con un Parlamento elegido mediante un sistema semifeudal, no extraña que nadie haya levantado la voz ante tamaño despilfarro de los fondos públicos. La mitad de los parlamentarios son elegidos por la nobleza y la otra mitad por los plebeyos, mientras que el monarca designa a todos los ministros del Gobierno.

Tonga, que mide apenas 718 kilómetros cuadrados y cuenta con 119.000 habitantes distribuidos en más de un centenar de islas, es uno de los países más pobres y pequeños del mundo.





Topou V, de 60 años, recibió la corona de su país mediante el rito cristiano, sentado en un trono dorado de casi 2,5 metros de altura y ataviado con una capa aterciopelada que le caía a los pies.
El soberano del Pacífico se educó en la Universidad de Oxford, habla con exagerado acento británico y a veces lleva monóculo. Son conocidas sus aficiones a llevar trajes ingleses de tweed y a jugar con soldaditos de plomo. Con sesenta años y soltero, le fascina recrear batallas navales en la piscina.

Últimamente, Topou V se pasa gran parte de su tiempo en Internet y jugando a juegos de ordenador. Promete que va a traer reformas políticas a su país y convocar elecciones democráticas en 2010, lo que no parece convencer a los activistas de su pequeño país, que aspiran a ampliar los estrechos resquicios de libertad.

Por el contrario, el anterior rey, Tupou IV, que reinó entre 1965 y 2006, se granjeó el aprecio se su pueblo. De joven batió récords como deportista y años más tarde, en 1976, consiguió entrar en el libro Guinness como el monarca más gordo del mundo por pesar 209 kilos.