(La inflación galopa a sus anchas en Filipinas, por lo que los precios indicados abajo pueden variar en un tiempo relativamente corto)
No voy a hablar de fútbol, deporte que apenas cuenta con seguidores en el archipiélago filipino. Allí prefieren el baloncesto importado de los EE.UU.. Yo quiero comentarles otro tipo de regate económico, el regateo o el "bargain", que dirían los angloparlantes.
Si vas a visitar Filipinas, prepárate para ver playas paradisíacas, lugares extraordinarios para practicar buceo y, generalmente, gente amable y sonriente. Y teme, al menos, una cosa: los taxistas.
Los taxistas de color amarillo y verde son los más fiables
Es más fácil encontrar a un político que diga lo que piensa que a un taxista que ponga el taxímetro sin rechistar. Nada más aterrizar en el aeropuerto de Manila, uno se encuentra con un calor tropical, húmedo y espeso, y a los taxis "oficiales", que cobran cuatro veces la tarifa normal a cambio de tener sillones de cuero. Su tarifa sería unos 400 pesos (9 dólares o 6 euros), en lugar de los 130 pesos (2,7 dólares o 1,7 euros) que cuesta ir del aeródromo al centro de Manila en un taxi común.
Por regla general, el conductor de un taxi filipino (la mayoría en estado cochambroso) pondrá en efecto la estrategia del despiste y no enchufará el taxímetro. Unos pocos lo pondrán si se lo pides, mientras que la mayoría intentarán regate económico. Comenzarán pidiendo el doble, triple o cinco veces de la tarifa justa, según la cara de "pringao" que te vean. En esta tesitura, si no conoces más o menos el precio del trayecto, lo mejor es bajes del coche y busques otro taxi.
Tomar un taxi en Manila requiere para a varios hasta que uno acepte una tarifa razonable. En caso de llevar prisa, siempre puedes negociar pagar entre 20 y 50 pesos más por la carrera.
La cuestión no siempre se limita al tema del pecuniario, no. En ocasiones, rehúsan llevarte a alguna parte de la ciudad porque hay mucho tráfico, esta lloviendo o no tienen ganas.
Por cierto, confía en los amarillos. Los taxis amarillos y verdes suelen ser más honrados. La mayoría son de color blanco.
La pobreza es un factor importante para que los taxistas filipinos, al igual que otros sectores que viven del turismo, intenten sacar algunos pesos a los turistas y extranjeros. Aunque, como me dijo mi amiga Shay: "A pesar de que éstos conducen cómodamente con aire acondicionado, no como los conductores de los 'bicitaxis'".
Uno de los populares y contaminantes jeepneys
Manila tiene uno de los peores sistemas de transporte del mundo. En hora punta -y el resto del día casi igual- las calles se sobrecongestionan con coches, taxis, "jeepneys" (híbridos de jeep y autobús) y furgonetas. Otra solución son los triciclos o monotaxis de tres ruedas, aunque la cantidad de polución que vas a tragar te va a quitar varios meses de vida.
Ya sabéis, como decía aquel anuncio en España:
-¿Me lleva a Lugo?
-Son diez mil- responde, categórico, el taxista.
Precios de otros medios transporte en Manila (donde no tengrá que regatear):
Tren: 12 a 13 pesos, aunque suelen ir atestados de gente y no cubren muchas zonas de la ciudad.
Triciclo: 7 pesos. Cubren un distrito limitado de la ciudad. Manila es enorme (más de 10 millones de habitantes).
Jeepney: 8,5 pesos. Realizan recorridos fijos y realizan paradas allá donde el pasajero indique al conductor. El medio de transporte mas popular en el país, son muy pintorescos y de los vehículos más contaminantes.
Furgoneta: 60 pesos. Algunas están en buen estado.
Autobuses de línea: unos 12 pesos.
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