jueves, 12 de marzo de 2009

Cornada a la tailandesa

En la antigüedad, los guerreros tailandeses se tatuaban animales y símbolos budistas para protegerse de las armas enemigas. La tradición continúa hasta nuestros días. Miles de tailandeses -sobre todo policías, soldados y criminales de variado pelaje- acuden todos los años a recibir la bendición de los monjes. A medida que los tatuajes recobran toda su energía, los creyentes son poseídos por el animal tatuado. En su transformación momentánea, gruñen, se arrastran y hasta se lanzan en una carrera agónica e inexorable hacia la figura del venerado abad del templo. Desde hace años, una marabunta de periodistas se suma a cada edición de semejante espectáculo. Mi amigo Raúl realizó un vídeo el año pasado





En ocasiones, sufrimos algún accidente al interponernos en la carrera de los que entran en trance. Una actividad de alto riesgo. Así es como una colega recogió con su cámara la cogida que sufrí en aquel ruedo místico la semana pasada:

1 comentario:

David dijo...

Gaspar, estás bien??? Por cierto, y qué hay de la foto que estabas tomando? Existe o te quedaste completamente flasheado ante la embestida de ese energúmeno en trance? Si la tienes, espero verla pronto. Cuídate y a seguir disfrutando!