sábado, 26 de julio de 2008

La dama de Birmania

"'Ocurrió justo antes del amanecer', me contó, 'cuando la aldea todavía dormía'. Los soldados del Tatmadaw -el Ejército birmano- empezaron a prender fuego a las cabañas. Alertados por sus perros, la mayoría pudo escapar de las llamas, pero otros no. (...) tres chicas fueron violadas por los soldados a punta de pistola en frente de sus familias. Mataron de un disparo al padre de una de ellas por tratar de evitarlo.'"

Así comienza la biografía de la líder opositora birmana y premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi: "Perfect Hostage" ("Perfecta rehén" en español), publicada por la editorial Hutchinson en 2007. Su
autor, el periodista y escritor Justin Wintle, realiza una fiel semblanza de Suu Kyi, quien se ha convertido en un icono de la libertad a la altura de Mahatma Gandhi, Nelson Mandela o Martin Luther King.

Birmania ha conseguido colarse en las portadas de los informativos internacionales "gracias" a la devastación que provocó el ciclón "Nargis" el pasado mes de mayo, que causó 134 muertos y desaparecidos y 2,4 millones de damnificados. La Junta Militar también se ha arrogado el protagonismo por su resistencia a permitir la entrada de ayuda internacional, lo que ha intensificado el sufrimiento de las víctimas.



Este libro aborda la vida de una figura icónica en el movimiento democrático de Birmania, una luchadora por la democracia, Suu Kyi, que por ello ha pasado casi 13 de los últimos 20 años bajo arresto domiciliario. La heroína birmana ha denunciado las atrocidades y los abusos de los militares birmanos y ha luchado por devolver la dignidad que su padre imprimió al Ejército de su país. "Por favor, utlizad vuestra libertad para promover la nuestra", dijo en un discurso leído por su marido ante las Naciones Unidas. 

El régimen de Birmania, al que los militares rebautizaron como Myanmar, lo ha intentado casi todo para acallar su voz y a sus seguidores. Varias veces le ha tendido, a forma de trampa, un puente de plata para que abandone el país. Pero Suu Kyi, hija del padre de la patria, Aung San, se aferra al compromiso que adquirió hace dos décadas para con su pueblo en favor de la libertad y la democracia.

Los militares gobiernan Birmania desde el golpe de estado de 1962. Sus matones y fuerzas de seguridad se ceban tanto con los grupos prodemocráticos como con las minorías étnicas. El extracto del libro que transcribo arriba relata una de las habituales incursiones del Ejército contra la tribu de los karen, en lucha armada desde finales de los años cuarenta por la autonomía de sus territorios.
Para entender a Suu Kyi, hay que conocer también la historia del país y de su familia. Wintle estuvo tres años recabando información, lo que resulto harto difícil, ya que la Junta Militar no le permitió reunirse con la líder opositora.



Suu Kyi, que llegó a Birmania en 1988 tras varios años residiendo en el extranjero, fue puesta bajo arresto domiciliario por vez primera en 1989 y, tras dos breves periodos de libertad, los militares la confinaron por última vez en 2003 en su vivienda, donde continúa con su resistencia pacífica.

El autor de la biografía se sumerge en la historia de Birmania y desentraña los entresijos de las vidas de Suu Kyi y su venerado padre, intocable incluso para el régimen militar. Wintle no soslaya las debilidades de la líder opositora, quien estudió en la Universidad de Oxford, donde luego la rechazaron para realizar un doctorado. Llegó a escribir un libro sobre su país en el que omitió los estragos causados por la Junta Militar. Wintle también explica su empeño en lograr la reconciliación entre Junta Militar y la sociedad birmana y su adhesión incondicional a la no violencia.

Sin embargo, su sacrificio han elevado a Suu Kyi al estatus de heroína. Sus seguidores la llaman "La dama" para evitar las represalias del régimen, que encarcela, tortura y asesina sin pudor a sus seguidores. En su afán para desmoralizar a Suu Kyi, los militares impidieron que se despidiera de su marido, que murió de cáncer en Inglaterra en 1999, y limita las visitas de sus dos hijos.

Aun aislada en su castillo de diamante en el número 54 de la Avenida de la Universidad en Rangún, el espíritu de Suu Kyi es un aliento de esperanza en cientos de miles de corazones en Birmania.

lunes, 21 de julio de 2008

Bangsamoros y filipinos

El Gobierno de Filipinas y los rebeldes del Frente Moro de Liberación Islámica o FMLI firmarán en agosto, si la suerte nos acompaña, un acuerdo sobre los dominios históricos de los musulmanes en el sur del país, la región de Mindanao. La intención del FMLI es celebrar un plebiscito en distintos lugares para que la población vote si se une a la Región Autónoma del Mindanao Musulmán.

El principal escollo de las negociaciones es que la mayoría de la población en Mindanao es católica, tras años de colonización española, estadounidense o por la migración del norte del país. No obstante, los bangsamoros siguen reclamando el derecho sobre las tierras. Curiosamente, Mindanao es la región más pobre económicament y de las que mayor rigueza en recursos naturales tiene.

En 1990 se creó la Región Autónoma del Mindanao Musulmán, la única zona con cierto autogobierno en el archipiélago. Esta unidad administrativa, sin embargo, sólo ocupa una parte menor de Mindanao.

Si el Gobierno firma la paz con el FMLI, se extinguirá la guerrilla musulmana tras los acuerdos alcanzados con el Frente Moro de Liberación Nacional en 1996.

El conflicto separatista ha causado más de 120.000 muertos desde los años. El FMLI cuenta en este momento con cerca de 12.000 combatientes.

Las diferencias en el día a día de cristianos y musulmanes serán más difíciles de limar. Hay desconfianza, recelo. En una visita que hice a Cotabato, me advirtieron de que cualquier malentendido puede terminar en un conflicto étnico-religioso: "Si atropellas a la cabra de un musulmán, te pedirá que le recompenses por la pérdida del animal, la de su descendencia y por el dolor causado al dueño. Mejor pagar en el momento". Esto me lo dijo, por descontado, un católico
.

La risa de los niños descalzos

Los tres niños de la fotografía, pobres como lunas, ríen con desparpajo y derrochan una complicidad muy estrecha y especial, la que se pelea en la pobreza. Nunca he visto en el "primer mundo" reir a nadie con la franqueza y la naturalidad con que lo hacen los empobrecidos de Filipinas. Sus pies descalzos reflejan falta de medios, pero también una libertad salvaje.

Ricky Dávila

Tres niños en una calle de Manila

En medio de la prostitución, la delincuencia y la droga, los niños de la calle guardan un singular código de honor. No puedo imaginar la cotidianeidad de uno de estos chicos, que pasan de jugar a policías y ladrones a mendigar entre los turistas unos cuantos pesos que luego rinden ante las mafias o sus padres. Ángeles que hacen de los semáforos sus parques de juego. De madrugada, deambulan en la salida de los los bares para ver si arrancan a cambio de una flor una moneda a algún extranjero embriagado.


La foto no es mía. Está colgada en la pared de la oficina de la Agencia Efe en Manila. El autor es Ricky Dávila, un fotógrafo vasco que visitó la capital filipina a principio del milenio. Le cautivó la ciudad y realizó un trabajo fotográfico, que le valió el premio PHotoEspaña al mejor libro de fotografía en 2005. He visto algunas fotos de la exposición y la verdad es que reflejan fielmente el carácter de esta ciudad.

La alegría, como la pobreza, tiene un color diferente en Filipinas. He visto a niños sonreír como adultos y a personas de la tercera edad (aunque aquí no existe tal cosa, sino que son ancianos a secas) reír como niños.

martes, 8 de julio de 2008

Un cuento sobre economía

Hace poco un amigo me envió esta corta historia muy ilustrativa de la finanzas y la economía.

Érase una vez una aldea de cuyo nombre no me acuerdo, en la que apareció un forastero y anunció a los aldeanos que estaba dispuesto a pagar 10 euros por cada mono que le vendieran.
Los habitantes de la aldea, al ver que los abundaban por doquier en la zona, se frotaron las manos ante el excelente negocio que se les presentaba y se lanzaron al bosque a la caza de primates. El hombre adquirió miles de monos a 10 euros la pieza y pronto empezaron a escasear la oferta. Entonces, elevó su oferta hasta los 20 euros. Esto espoleó el interés de los aldeanos, quienes redoblaron sus esfuerzos para capturar monos.


La presencia de nuestros parientes homínidos comenzó a escasear y algunos se volvieron a sus granjas ante la falta de caza. El forastero incrementó la oferta a 25 euros la pieza y la cantidad de monos disminuyó tanto que ya apenas se veía y menos aún se cazaba alguno.

En esta tesitura, el desconocido aumentó la oferta hasta ¡50 euros por pieza!, lo que provocó una gran revuelo en la pequeña comunidad, que ya soñaban con un retiro dorado en la Costa del Sol en España. El forastero dejó a su ayudante a cargo del negocio, ya que él tenía que hacer un viaje a la ciudad.

El ayudante, en ausencia del jefe, señaló a los aldeanos: “Mirad cuántos monos hay en la jaula. Os propongo un trato lucrativo. Yo os los vendo a 35 euros y cuando el hombre vuelva de la ciudad, vosotros podéis revendérselos por 50 euros. ¡Un negocio redondo!

Los habitantes de la aldea sacaron todos sus ahorros y compraron todos los monos. A partir de entonces, jamás volvieron a ver al forastero ni a su asistente. Sólo monos por todas partes.

Ahora puedes entender mejor cómo funciona el mercado de valores.