El Gobierno de Filipinas y los rebeldes del Frente Moro de Liberación Islámica o FMLI firmarán en agosto, si la suerte nos acompaña, un acuerdo sobre los dominios históricos de los musulmanes en el sur del país, la región de Mindanao. La intención del FMLI es celebrar un plebiscito en distintos lugares para que la población vote si se une a la Región Autónoma del Mindanao Musulmán.
El principal escollo de las negociaciones es que la mayoría de la población en Mindanao es católica, tras años de colonización española, estadounidense o por la migración del norte del país. No obstante, los bangsamoros siguen reclamando el derecho sobre las tierras. Curiosamente, Mindanao es la región más pobre económicament y de las que mayor rigueza en recursos naturales tiene.
En 1990 se creó la Región Autónoma del Mindanao Musulmán, la única zona con cierto autogobierno en el archipiélago. Esta unidad administrativa, sin embargo, sólo ocupa una parte menor de Mindanao.
Si el Gobierno firma la paz con el FMLI, se extinguirá la guerrilla musulmana tras los acuerdos alcanzados con el Frente Moro de Liberación Nacional en 1996.
El conflicto separatista ha causado más de 120.000 muertos desde los años. El FMLI cuenta en este momento con cerca de 12.000 combatientes.
Las diferencias en el día a día de cristianos y musulmanes serán más difíciles de limar. Hay desconfianza, recelo. En una visita que hice a Cotabato, me advirtieron de que cualquier malentendido puede terminar en un conflicto étnico-religioso: "Si atropellas a la cabra de un musulmán, te pedirá que le recompenses por la pérdida del animal, la de su descendencia y por el dolor causado al dueño. Mejor pagar en el momento". Esto me lo dijo, por descontado, un católico.
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