jueves, 15 de enero de 2009

Los ciempiés tailandeses también pueden ir al cielo


Yo con mi pequeño amigo budista con corte de pelo tailandés -el cual no es muy común hoy en día-. No se ve la cola que le sale de la coronilla.

El pasado fin de semana una amiga me invitó a una ceremonia budista en su templo. Miles de hombres, mujeres y niños vestidos de blanco deambulaban por el lugar sagrado, comían y recitaban la vida y obra de su maestro, Buda Gautama. Me crucé con una devota budista quien me descubrió los intríngulis de la religión en Tailandia.

-¿Crees que después de esta vida hay una recompensa -en el Cielo- o un castigo -en el Infierno-?- inquirí a la pequeña saltamontes ataviada sin mácula.
-Por supuesto. Por eso los budistas tenemos que hacer méritos en esta vida, con buenas obras y donando dinero y bienes en los templos para ayudar a los mojes.
-¿Quién decide quién va al Cielo o al Infierno? ¿Dios?
-No hay Dios. Son nuestros actos y la Ley Universal los que nos llevan a un lugar o al otro.
-Bueno, creo que eso no es exactamente lo que predicó Buda. ¿qué me dices de la reencarnación?
Se tomó una breve pausa para meditar la respuesta y soltó:
-La reencarnación también. Las malas obras en esta vida pueden hacer que en la próxima vida nazcas como un ciempiés; si tus obras son buenas, nacerás en una familia rica que te protegerá.
-Creo que no entiendo. Ambas teorías son incompatibles. ¿Cuándo una vida llena de malas acciones te lleva a nacer como un ciempiés o directamente al Infierno?
-No entiendo tu pregunta.
-¿Cómo puedes creer en el Cielo y la reencarnación a la vez?
-Es difícil de explicar. ¡Yo no soy un monje! Tus cuestiones son demasiado complejas: pregúntale a un monje.

Ahí quedó eso. No malinterpreten a la devota tailandesa. El budismo en Tailandia no es igual que en Sri Lanka, en el Tíbet o en Japón. La primera civilización que se asentó en las tierras de la antigua Siam fue la jemer, cuya religión era la hindú o bramánica. Luego, ganaron terreno las enseñanzas de Buda, pero una gran parte del hinduismo quedó grabada en las costumbres y religiosidad populares. A estas dos religiones superpuestas hay que añadir las milenarias creencias animistas, que nunca desaparecieron del todo.
Leí en una guía de viajes que el tailandés medio es una persona que se casa por el rito hindú, acude regularmente al templo budista y presenta sus respetos ante el altar de los espíritus presente en todas las casas y oficinas tailandesas.
Los monjes budistas son muy abiertos y no les importa que sus fieles, al salir del templo, también les recen a sus antepasados o a los dioses Ganesh o Vishnu. La corriente del Budismo predominante en Tailandia es la theravada, una de las más puras de esta religión. Algunos fieles y, por supuesto, los monjes no mezclan sus creencias con el hinduismo o animismo.
No quiero terminar sin abordar la paradoja del cielo-infierno y la reencarnación. Tras meditarlo concienzudamente, he llegado a la conclusión de que son compatibles. Sin entrar en más disquisiciones, os lo demuestro en un caso práctico:
Mañana me muero, pongamos. He sido malo, pero no tanto como para ir al Infierno. Entonces, en virtud de la Ley Universal, me reencarno en la siguiente vida en un ciempiés. En mi vida como insecto, me esfuerzo en ser gentil con mis congéneres y en no comerme a mis descendientes. Y, ¡voilá! Cuando muero en mi segunda vida, a los cinco o seis años, voy directo al Cielo por haber sido un buen ciempiés. ¿No cuadra todo?



Los fieles budistas hacen méritos para tener un futuro más prometedor en la otra vida.. o la siguiente. En la foto, compran papelitos dorados que pegan a las bolas, un acto de generosidad que embellece el templo.

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